“El Barcelona Supercomputing Center puede hacer mucho por las nuevas pymes, que son las empresas del futuro”
Entrevista con MATEO VALERO
Director del Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación
“El sello Severo Ochoa ha sido un importante impulso para potenciar la investigación multidisciplinar”
El Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación- nace en el año 2005 fruto de un consorcio entre el Gobierno de España, la Generalitat de Cataluña y la Universidad Politécnica de Cataluña. Se trata de uno de los centros con el sello de excelencia Severo Ochoa que participará en el foro “100XCIENCIA” donde su director, Mateo Valero, reflexionará sobre el presente y el futuro de la ciencia y del centro de investigación que dirige.
Con respecto al sello Severo Ochoa, asegura que “para el Barcelona Supercomputing Center, ha sido un importante impulso para potenciar la investigación multidisciplinar, reforzar nuestras relaciones internacionales y reordenar todos los temas relacionados con la formación de investigadores”. Y añade: “Sus recursos nos han servido para mejorar muchos aspectos de la organización interna que son fundamentales para continuar manteniendo el liderazgo en nuestro sector”.
El director reconoce que el BSC es un centro muy joven con un crecimiento muy rápido, al pasar en menos de una década de tener 50 integrantes a cerca de 450. Por ello, “necesitábamos dar cohesión a los distintos grupos de investigación, que hasta entonces habían crecido y trabajaban con dinámicas independientes”, apunta Valero. “Hemos establecido canales de comunicación y coordinación interna (seminarios, cafés, retreats, reuniones regulares, etc.), que se han convertido en importantes plataformas para difundir internamente el variado conocimiento de nuestros investigadores y crear dinámicas de trabajo conjuntas. Esto ha tenido efectos muy beneficiosos tanto desde el punto de vista de cada grupo y cada investigador, pues han ampliado sus conocimientos, como para la globalidad del centro, ya que ha potenciado la cohesión y el trabajo multidisciplinar”.
El BSC tiene la singularidad de contar con unos departamentos que trabajan en la aplicación de las tecnologías de computación de altas prestaciones para realizar su investigación y otro departamento, el mayor, que se dedica a investigar sobre estas tecnologías (las arquitecturas de computadores, la programación, etc.) y que es referente a nivel mundial. “Hemos comprobado afirma Valero- que aumentar la coordinación entre estos diferentes grupos de investigadores y ajustar los tiempos, cosa que no es simple, acaba repercutiendo en la mejora de resultados de cada uno de ellos”.
“Con el Severo Ochoa, además, hemos estructurado el apartado de formación y capacitación en computación de altas prestaciones, con vistas tanto a cursos de especialización de corta duración como a masters y doctorados, y hemos reforzado el área de recursos humanos (implementando el plan de carrera y los objetivos, evaluación y formación personalizada) y hemos obtenido el certificado de HR Excellence in Research”, subraya el director del BSC.
En el terreno de las relaciones internacionales, el centro siempre ha trabajado en colaboración con centros de todo el mundo, pero además, en estos años, se han incorporado a consorcios y asociaciones muy relevantes a nivel internacional, como el Joint Laboratory on Extreme-Scale Computing (JLESC), el Big Data and Extreme-Scale Computing (BEDEC) o el proyecto Pancancer. Ha mantenido su presencia en el Partnership for Advanced Computing in Europe (PRACE) y son miembros de seis de los ocho centros de excelencia en computación de altas prestaciones impulsados por la Comisión Europea, siendo coordinadores de uno de ellos.
“En definitiva –concluye-, creo que hemos potenciado la cooperación interna, la interdisciplinariedad, el apoyo a jóvenes investigadores, la formación, la comunicación, la flexibilidad y la internacionalización del centro, elementos todos ellos a los que si se les presta la atención adecuada acaban teniendo una repercusión muy positiva sobre la competitividad”.
Este centro tiene una característica muy singular al tener una misión doble: hacer una investigación puntera en computación de altas prestaciones y aplicaciones muy punteras y dar servicio a la comunidad científica e industrial internacional. “Esto nos da una potencia extraordinaria como centro –comenta Valero-, pero aumenta la complejidad del mismo, pues hay que acompasar dos dinámicas muy diferentes. Hasta el momento lo hemos conseguido y creo que podemos seguir haciéndolo, pero necesitamos herramientas para poder hacer planificación a medio y largo plazo y tener fuentes de financiación estables. Competimos en primera línea con menos recursos que nuestros competidores –Estados Unidos, Japón, China, Alemania-, que trabajan con mucha más comodidad”.
Según Valero, el BSC es reconocido “a nivel internacional porque hemos influido de manera notable en las tecnologías de computación que han aparecido en los últimos años y en las que ahora se están investigando y que serán adoptadas en un futuro próximo”. “Queremos mantener esta capacidad de influencia en un entorno industrial y de investigación cada vez más complejo, aportando las opciones que creemos que pueden ser más beneficiosas. Hemos hecho un importante esfuerzo de priorización e identificación de los ámbitos que son de mayor interés (en arquitectura de computadores, Big Data, Computación Cognitiva, herramientas para evaluar y mejorar el rendimiento de códigos), estamos muy bien situados y queremos mantener esta posición”.
La divulgación y la comunicación son esenciales en este centro y, por ello, aparte de las acciones de comunicación interna mencionadas, hacen un importante esfuerzo de divulgación en tres direcciones: al público general, al público más experto y a las empresas.
“Para los expertos, hemos incrementado los cursos de formación en computación de altas prestaciones. Para el público en general, destacaría nuestra gran presencia en medios de comunicación nacionales e internacionales –que hemos reforzado en estos últimos cuatro años- y las miles de visitas que recibimos anualmente para conocer el superordenador MareNostrum”. El director del centro recuerda que la mayor parte de estas visitas son de estudiantes de Bachillerato, “que considero una acción constante de apuesta por el futuro de la investigación”. Y añade: “Apostamos por acercar la ciencia a los jóvenes y hacerles sentirse partícipes y orgullosos de la investigación que se realiza en su entorno (en computación, en genómica, en temas relacionados con la salud, el medio ambiente y la ingeniería), porque es una manera de decirles ‘vosotros también podéis hacerlo’”.
Mateo Valero explica que también hacen un importante esfuerzo de comunicación con las empresas del entorno. “Creo que aquí es donde tenemos nuestro principal reto. En estos momentos tenemos importantes acuerdos de colaboración con grandes empresas, especialmente TIC (IBM, Intel, CISCO, Microsoft, NVIDIA, Samsung) y del sector energético (REPSOL, Iberdrola). Queremos conseguir acercarnos más al tejido empresarial a través, especialmente, de las nuevas pymes, las empresas del futuro, que serán básicas para la competitividad de la economía europea. Creemos que podemos hacer mucho por ellas y estamos dispuestos a hacerlo. Es importante establecer puentes con las empresas del entorno y conseguir identificar aquellas que son susceptibles de beneficiarse de nuestras herramientas, nuestras habilidades y nuestro conocimiento en temas tecnológicos”.
Coordinación de entrevistas: Verónica Martín