La tesis desarrollada aquí pretende demostrar la novedad que supone la aportación de Galileo desde un punto de vista epistemológico. Fue capaz de situarse en una estrecha línea entre la concepción de la naturaleza en términos numéricos preconizada por el hermetismo y la cábala, en la que estaban Kepler, G. Bruno o Campanella, y la experiencia más inmediata, a la que acudían constantemente las tesis de los aristotélicos. Desde esta posición planteó unos argumentos que terminaron en un fenomenismo y un relativismo para los movimientos, y no un realismo y una defensa del movimiento de la Tierra a ultranza, como era su pretensión. Partiendo de la concepción de la naturaleza "como un libro escrito en caracteres matemáticos", aceptando así el paralelismo con el otro gran libro: La Biblia, ha sabido dar un sesgo hacia una interpretación totalmente nueva, que se vincula más a las tesis de Berkeley o de Mach, a quienes el propio Popper considera precedentes de Einstein, que a las estrechas tesis del realismo aristotélico, o del simbolismo de la cábala. Su novedad no estriba tanto en la aplicación de la geometría a loas fenómenos cuanto en el nuevo enfoque que da a esta aplicación que en definitiva cambia el contexto teórico y conceptual en el que se ubica.